La celebración de la Navidad el 25 de diciembre es la cristianización de las fiestas paganas que conmemoraban el solsticio de invierno en el hemisferio norte; como es el caso del Yule, de los celtas y nórdicos, una fiesta invernal del norte de Europa que celebraba el nuevo ciclo quemando troncos adornados con cintas. En el Yule o Jul se celebraba la Rueda del Año, el comienzo del nuevo año. La rueda es un símbolo solar al que se pedía que alejara el invierno, la muerte y trajera el sol, la vida.
Como puedes ver, la navidad esconde tras de sí una historia mucho más compleja y rica que es interesante conocer. En el siguiente texto conocerás el origen de la navidad en España y en definitiva la historia oculta que casi nadie conoce sobre dicha festividad.
Orígenes de las navidades
En Persia el culto al Dios Mitra, la divinidad de la luz y los contratos sagrados, se celebraba el 25 de diciembre, ya que dicho Dios nació de una piedra en esa fecha según cuenta la leyenda. El mitraísmo tenía cosas en común con el cristianismo como el bautismo, la festividad del domingo, el agua bendita o la adoración de los pastores en el nacimiento de su Dios.
Los griegos identificaron a Mitra con el Dios solar Helio y fueron los responsables de la expansión de su culto. En la religión romana, el sol era una antigua divinidad cuyo culto era muy modesto y que protegía a los agricultores, se celebraba el día 9 de agosto. Pero fue tomando importancia por la influencia de las religiones orientales como el citado culto a Mitra.
Pero es en la época de los emperadores Heliogábalo (c. 204-222) y Aureliano (c. 212-275) cuando estos cultos fueron asumiendo a otras divinidades y adquirieron mayor relevancia, no en vano Heliogábalo fue sacerdote del Dios Sol en Emesa, la actual Homs, al oeste de Siria. Fueron estos emperadores los que fijaron el 25 de diciembre como Natalis Solis Invicti, nacimiento del Sol Invicto.
En Egipto, el 6 de enero se honraba el nacimiento de Osiris, Dios de la vegetación y que muere y renace constantemente y rige en el inframundo de los muertos. Pero como padre de Horus Dios de la luz, tiene una simbología de renacimiento. La fiesta pagana más cercana a las celebraciones navideñas occidentales fueron las Saturnales romanas dedicadas al Dios Saturno.
Aunque comenzó durando un sólo día, los sucesivos emperadores fueron añadiendo días hasta que, con Domiciano (51-96), se unieron con los Sigillaria y duraban del 17 al 23 de diciembre. Se daba la libertad a algunos esclavos que se sentaban a la mesa de sus señores, se aplazaban ejecuciones y operaciones militares y se realizaban banquetes públicos donde se intercambiaban regalos.
Historia del Belén navideño
Es en la Edad Media, cuando se incorporan a la fiesta de la Navidad tradiciones como los banquetes, los villancicos y la confección de belenes o pesebres. La iconografía popular que representa la adoración del niño Jesús en un establo con su pesebre, la mula y el buey, los pastores…, es consecuencia de las pinturas y tallas de unos artistas que se inspiraron en las descripciones de los Evangelios apócrifos, principalmente en el conocido como Pseudo Mateo.
La iglesia se limita a seguir la tradición popular a pesar que la Biblia no dice nada sobre la mayoría de los elementos y símbolos que forman los pesebres que se montan en estas fiestas. Aunque el asno y el buey se citan en Isaías (1,3) y en Habacuc (3,2 versión “Itala”). En el año de 1223, san Francisco de Asís escenificó el nacimiento de Cristo en una cueva de la pequeña población de Rieti (Italia) con campesinos del lugar y el permiso del Papa Honorio III.
Las figuritas de Belén más antiguas que se conocen, datan de 1252 y estaban en el monasterio alemán de Fussen. Aunque otros autores creen que el primer pesebre realizado con figuritas de barro, se hizo en Nápoles a finales del siglo XV. Fue Carlos III quién importó de Italia la costumbre de construir belenes con figuritas de porcelana que se hacía traer desde Nápoles.
Pronto se extendió por España esta tradición que los franciscanos exportaron a América. Durante el siglo XVIII, los pesebres realizados con figuritas de porcelana napolitana, fueron un objeto de lujo entre la burguesía.
Papá Noel
La figura de Papá Noel es mucho más reciente y entronca con el acusado sentido comercial que hoy tienen estas fiestas. Aunque el mito se asienta en la figura medieval de san Nicolás de Bari (c. 305-345) y en diferentes tradiciones locales de origen multicultural, la figura de Papá Noel tal y como la conocemos data del siglo XIX y XX.
De la vida de san Nicolás se conoce poco y los relatos de sus hazañas no tienen base histórica y se mueven en el campo de la leyenda, se cree que nació en Patara, antiguo distrito de Licia en la actual Turquía. Posiblemente asistió al Concilio de Nicea, pero su leyenda se acrecentó cuando unos marineros robaron sus restos de Myra (Asia Menor) y los trasladaron a la ciudad italiana de Bari donde las reliquias adquirieron fama de milagrosas.
Una de las leyendas, nos cuenta como el santo ayudó a tres hermanas cuyo padre, arruinado, no podía darles su dote para casarse. San Nicolás, a escondidas, depositaba monedas de oro en los calcetines que las jóvenes ponían en la chimenea para secarse. Una noche fue sorprendido por la más pequeña y de ahí se extendió la fama de benefactor del santo.
Los vikingos lo tenían como su santo protector y es el patrón de Rusia, Grecia y Turquía. Es en el siglo XIII cuando la tradición de san Nicolás se extendió por los Países Bajos y fue nombrado protector de Ámsterdam. En el siglo XVII se instauró la tradición de que el santo llegaba en un barco llamado Spanje (España) acompañado por Zwarte Piet (Pedro el negro) con unos sacos llenos de regalos para los niños holandeses. Una vez vaciados los sacos eran llenados con los niños malos que eran traídos a España, en aquella época, un destino terrible dado la enemistad que existía entre los dos países.
Fueron los colonos holandeses los que llevaron estas tradiciones a Nueva Ámsterdam (la actual Nueva York). Las descripciones de Washington Irving en su Historia de Nueva York de 1809 y las de un poema de 1823 debido a la pluma del profesor de estudios bíblicos Clement C.
Moore fueron perfilando la imagen del gordinflón barbudo y vestido de rojo con los que Papá Noel o Santa Claus es conocido. El dibujante de la revista Harper’s, Yule, le añadió varios detalles al mito como su taller en el Polo Norte y el traje de pieles, rojo y blanco. Sería en 1931 cuando la Coca-Cola adaptaría el personaje para su campaña de Navidad de aquel año. El dibujante Habdon Sundblon le dio la definitiva imagen que hoy conocemos. Curiosamente, la tradición de san Nicolás volvió a la vieja Europa desde la que había partido.