El estado de ánimo depresivo puede aparecer a cualquier edad. En contra de lo que siempre se ha pensado que es un estado asociado a la etapa adolescente y/o adulta.
Un niño también puede mostrar sentimientos de tristeza, desaliento e irritabilidad que en algunos casos desaparece rápidamente pero en otros puede agravarse y ser más largo, interfiriendo en lo cotidiano del niño, a nivel académico, en las relaciones familiares y sociales.
La incidencia de depresión severa en niños oscila entre el 5-6 % y puede ir asociada al riesgo de suicidio en la adolescencia. Los primeros síntomas pueden aparecer de forma súbita o gradual por poco o largo tiempo y es difícil darse cuenta porque suelen ir acompañados con otros trastornos como la ansiedad y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Generalmente debe presentar más de un síntoma por un largo periodo de tiempo. Los primeros síntomas en los niños más jóvenes e indicador de que algo va mal suelen manifestarse con quejas o molestias físicas, niños muy agitados y ansiosos. En el caso de los adolescentes, éstos suelen mostrar conductas más disruptivas, inquietud, e irritabilidad sin motivo alguno. Una depresión se clasifica en leve, moderada o grave según su duración.
Un sentimiento de tristeza que podemos sentir en un momento dado de nuestra vida es normalmente corto y los niños, al igual que los adolescentes y adultos, experimentan cambios en su estado anímico, es más, cierta cantidad de tristeza es parte natural de la vida.
Cuando la depresión es grave, es decir, cuando interfiere en las actividades diarias del niño, por ejemplo las primeras señales suelen venir del colegio. El niño suele estar irritado en clase y presentar falta de interés o placer en casi todas las actividades que se le propone por un periodo de al menos dos semanas. En pre-adolescentes y adolescentes más deprimidos, incluso puede llevar a intentos de suicidio, pero esto es poco frecuente en los niños más pequeños.
Si a pesar de poner en práctica todas estas indicaciones los síntomas persisten y además su hijo presenta pensamientos suicidas, busca ayuda profesional de inmediato, siempre hay que hacer caso a estas verbalizaciones.
Es crucial tener en cuenta que la depresión en niños y adolescentes genera un deterioro emocional y físico tanto en el niño como en la familia. Involucrar a la familia en el proceso de recuperación además de contar con el apoyo de los profesionales de la salud y del ámbito educativo.
Esta entrada ha sido publicada el 10/05/2021 11:30