Dejar el azúcar resulta sumamente difícil porque nuestro cerebro se vuelve adicto a los opioides naturales que se liberan al consumirla. Al igual que ocurre con el abuso de drogas como la cocaína, el alcohol y la nicotina, una dieta con gran contenido de azúcar puede generar un exceso de señales de recompensa a nivel cerebral, rebasando nuestra capacidad de auto-control y desencadenando una adicción.
Como cualquier droga, el azúcar deja en nosotros el deseo de repetir la dosis. Está demostrado que el azúcar actúa como recompensa a nivel cerebral de la misma manera que la mayoría de las drogas ilegales. Y al igual que otras drogas ilegales puede destruir nuestra salud ocasionando diabetes, enfermedades del corazón, hipertensión arterial, sobrepeso y envejecimiento prematuro.
Por esa razón, es importante que sepas cómo dejar el azúcar de manera efectiva y sin ocasionar daños a tu salud. En el mundo actual en que vivimos este elemento se encuentra muy presente, por eso aquí te damos algunos consejos para dejar el azúcar.
Fija un límite de azúcar
Es posible que solo pienses en azúcar cuando lo agregas a tus recetas o al café, pero es probable que lo consumas en grandes cantidades sin siquiera darte cuenta. Haz un compromiso de contar de manera consciente cuántos gramos de azúcar consumes a diario y limítalo a una cantidad saludable este es uno de los mejores consejos para dejar el azúcar que podemos darte. La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir no más de 25 gramos de azúcar al día, es decir, menos de lo que contiene un solo refresco.
Renunciar a las bebidas azucaradas
Refrescos, jugos de frutas, bebidas deportivas, té helado: estas y otras bebidas endulzadas son fuentes furtivas de azúcar agregada. Una lata de cola, por ejemplo, acumula nueve cucharaditas, ya un tercio más que el límite diario de seis cucharaditas sugerido por la American Heart Association.
Las bebidas endulzadas o las bebidas elaboradas con jugo de frutas son como el azúcar líquido y agregan muchas calorías sin satisfacer el hambre. Para saber cómo dejar el azúcar es recomendable sustituir la soda por agua mineral, que no tiene azúcar agregada y cero calorías. En cuanto a las bebidas con sabor a frutas y los jugos de frutas, sustitúyalos por agua embotellada con infusión de frutas o agua con rodajas de frutas frescas.
Olvida los dulces simples
Los pasteles, galletas, muffins y otras golosinas de harina refinada de pan blanco ofrecen poca nutrición, pero son densos con azúcar agregada. Y como no son difíciles de identificar, es fácil eliminarlos de su dieta. Se meten con los niveles de azúcar en la sangre, estableciendo un ciclo de agarrar una rosquilla o muffin para obtener energía que no dura.
En cambio, obtenga su dosis de carbohidratos con cereales integrales. Estos se convierten en azúcar durante la digestión, pero debido a que son del tipo complejo en lugar del tipo simple, se absorben más lentamente y proporcionan energía constante.
Acuérdate de los riesgos relacionados con el azúcar
Este componente está relacionado con una gran variedad de problemas de salud, varios de los cuales podrían terminar siendo fatales si no enfrentas su consumo. Cada vez que sientas antojo de consumir azúcar, recuerda por qué estás haciendo esto: provoca acné, infertilidad, algunos cánceres, osteoporosis, pérdida de visión y enfermedades renales.
Apila proteínas y grasas saludables en su plato
Eliminar el azúcar es la excusa perfecta para disfrutar de grasas más saludables (nueces, aceite de oliva, aguacate, lácteos) y proteínas magras (huevos, pavo y legumbres). Ambos hacen que se sienta saciado y con energía, evitando que el azúcar en sangre suba y baje, lo que puede provocar antojos de azúcar difíciles de resistir.
Un desayuno con proteínas y grasas le ayudará a empezar bien el día. Desayune con proteínas y grasas como estrellas, como huevos y aguacate, en lugar de la combinación tradicional de almidón y azúcar, como un panecillo o cereal endulzado.
Ir con sabores naturalmente dulces
Para satisfacer a los golosos sin recurrir a cosas refinadas, simplemente mire a través de su especiero. El extracto de canela o vainilla que se agrega al café, cereales o productos horneados ofrece un sabor dulce sin los efectos secundarios del azúcar y también cero calorías. Otras especias y hierbas dulces para agregar a bebidas y comidas incluyen achicoria, jengibre, nuez moscada y cardamomo. La ralladura de cítricos también agrega una dulzura afrutada y refrescante.
Cuidado con los alimentos enlatados
Los alimentos envasados en lata o conservados herméticamente pueden ser una solución útil y barata a la hora de preparar la comida en nuestro día a día. Sin embargo, estos productos suelen contener gran cantidad de azúcar añadido, por lo que será conveniente leer con atención cada etiqueta antes de comprar el producto.
Lo mejor en estos casos sería decantarnos por productos frescos que, aunque nos den más trabajo a la hora de prepararlos y su tiempo de conservación sea menor, constituirán la opción más saludable para nuestro organismo. Además, aumentar el consumo de grasa y proteínas reducirá nuestro hambre, consiguiendo así que reduzcamos la ingesta de alimentos provocada por el excesivo consumo de azúcar.
Fuera el azúcar en el desayuno
Los cereales que se comercializan específicamente para el desayuno como un alimento sano y nutritivo, en realidad no lo son ya que poseen enormes cantidades de azúcar. Por ello, en su lugar deberíamos empezar a consumir otras opciones más saludables como los huevos, el aguacate o el yogur griego natural. Además, sustituir el azúcar por edulcorante natural en nuestros cafés mañaneros también contribuirá a una ‘desintoxicación’ del azúcar mucho más sencilla.
Dormir 8 horas
Unos buenos hábitos de sueño son imprescindibles para mantener un óptimo estado de salud. Existe gran relación entre la obesidad y las horas que dormimos cada noche ya que la falta de sueño continuada provoca que nos decantemos por alimentos altos en calorías para compensar ese déficit. Por eso, el mejor remedio es aprender a controlar nuestro sueño, que nunca debe ser menos de 7 / 8 horas para que así no nos resulte difícil escoger el alimento más saludable en cada ocasión.